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Estos últimos años nos hemos ido acostumbrando a la lectura en formato electrónico como una de las innovaciones parejas a los avances que se están produciendo en todos los ámbitos. A nadie se le hubiera ocurrido pensar que esto no era algo tan “nuevo”, sino que por el contrario, se llevaba ya gestando desde hacía varios años y que ya había habido algunos visionarios que habían intentado crear máquinas que ayudasen a leer de otra manera.

El primer e-book de la historia

En este contexto se sitúa la Enciclopedia Mecánica de doña Angelita, considerada como el primer e-book de la historia. Esta enciclopedia es un sorprendente artilugio cuya creación se remonta a 1949 y que había quedado relegado en el olvido, hasta hace un par de años.

Lo que más sorprende sobre este artilugio es su creadora, doña Angelita, es decir, Ángela Ruiz Robles, una maestra gallega que trabajó como profesora en el Ferrol durante más de cuarenta años. Aunque la época no era muy favorable para las mujeres creativas, doña Angelita no dejó nunca de intentar aplicar sus innovadoras ideas al mundo que la rodeaba. Lo que tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que era una vida con tres hijas.

La sociedad de aquel entonces no se mostraba muy inclinada a que las mujeres abandonaran los “puestos” que tenían asignados y se lanzaran a crear y a innovar cosas. En la exposición se puede observar una foto de inventores (con doña Angelita como única representación femenina) y también se exhiben algunas de las preguntas que los periodistas le formulaban a la inventora, tales como: “¿Una buena inventora puede ser una buena ama de casa?”.

Una de las ideas más brillantes que doña Angelita tuvo fue precisamente esta Enciclopedia Mecánica (patentada en 1949) y que su creadora enfocaba como una solución para conseguir formar más y mejor a los niños y ofrecerlo como alternativa a los obsoletos métodos pedagógicos de la época. El aprendizaje se convertía así en algo más activo, individualizado y lógico.

Actualmente el mecanismo de esta enciclopedia nos parecería prehistórico, pero para la época de doña Angelita, era de una modernidad asombrosa: los niños podían activar diferentes temas en el libro mecánico mediante unos pulsadores, y además, la inventora quería incluir la posibilidad de iluminar el texto, aumentar el tamaño de la letra y añadir la posibilidad de escribir o dibujar sobre la superficie de la enciclopedia.

A pesar de lo innovador del invento, sólo se construyó un prototipo en Ferrol (el que ahora se puede apreciar en la exposición) y aunque doña Angelita siguió renovando su patente, nunca consiguió que prosperara más allá de una propuesta sorprendente. De haberse llegado a comercializar, hubiera costado unas 100.000 pesetas, un precio demasiado elevado para la época.

Sin embargo, ahora se recuperará el moderno invento de doña Angelita y se rendirá homenaje a su figura innovadora y valiente, que se mantuvo firme hasta el final y que supo abrir  camino a nuevas formas de aprendizaje.

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guillermo