Blog

Clásicos literarios que son auténticas obras de arte

Si hace unos días repasábamos la relación que hay entre música y literatura, no podemos dejar de lado la relación que hay entre el arte y la literatura, que es también muy poderosa. Por supuesto, ambos son fuentes de inspiración para el otro (solo hay que recordar como la cultura clásica aparece representada en todos los cuadros del Renacimiento), pero también el arte se presenta como el acompañante perfecto para embellecer un poema, una narración o una obra de teatro. Además, en ningún momento estrían minando nuestra imaginación, sino todo lo contrario: la estarían elevando y animando a dejarse llevar.

No sé cuántos de vosotros compartiréis mi opinión, pero el caso es que genios del mundo del arte como Matisse, Dalí o Picasso pensaban lo mismo.

Clásicos que son auténticas obras de arte

Baudelaire

La obra magna de Charles Baudelaire, Las flores del mal, ha sido ilustrada en numerosas ocasiones por artistas de la talla de Emile Bernard o Gustave Rodin, pero nosotros nos quedamos con los dibujos de Henri Matisse por su originalidad, ya que se centra en su interpretación y no en intentar plasmar el contenido de los poemas. La colección se compone de retratos casi esquemáticos del propio Baudelaire, tres de chicos jóvenes y veintinueve de mujeres, que no se basan en modelos reales, sino en símbolos, en ensoñaciones causadas por los poemas. Los dibujos de Matisse no buscan traducir ni eclipsar los poemas, más bien al contrario, acompañarlos y ensalzarlos. Solo hay 300 copias de esta magnífica edición, publicada por la Bibliothèque Française en 1947, firmadas por el pintor. Hoy en día se pueden adquirir por unos 7500 dólares, aunque hay reediciones más asequibles por unos 24 euros.

 

Si Dalí es el maestro del Surrealismo por excelencia, ¿qué obra iba a ilustrar mejor que Alicia en el País de las Maravillas (otra novela que ha sido ilustrada en numerosas ocuasiones desde que John Tenniel dio el pistoletazo de salida allá por 1864)? El artista catalán realizó doce heliograbados de acuarela, uno por cada capítulo, a lo que añadió un grabado más en cuatro colores a modo de portada. Fue una edición limitada que se publicó en 1965 por Maecenas Press-Random House. Actualmente se encuentran en la galería William Bennett en Nueva York.

Durante los años 30, una editorial llamada Limited Editions Club comenzó a publicar en series limitadas de 1500 copias para sus socios subscriptores (de ahí le viene el nombre) los clásicos de la literatura ilustrados por los mejores artistas contemporáneos. Si bien eran libros muy bellos y cuidados, pocos artistas llegaban a la talla de Picasso (a excepción de Matisse, que le dio un nuevo giro al Ulises de Joyce) que ilustró la obra teatral griega clásica de Lisístrata. Su precio actual asciende a 12000 dólares por ser los más codiciados.

Raven

El cuervo de Edgar Allan Poe también es uno de esos poemas que ha sido ilustrado en miles de ocasiones (por Nicole Depolo, Miguel Navia…), y si bien todos lo solemos relacionar con las magníficas ilustraciones de Gustav Doré, éste no es el único francés que se atrevió a dar vida al famoso cuervo. Édouard Manet, padre del impresionismo, se hizo cargo de las ilustraciones que acompañaron la traducción que hizo el poeta Stéphane Mallarmé en 1875. La colección se consta de cinco ilustraciones oscuras y esquemáticas, donde aparece representado el propio Mallarmé. El libro se concibió como un libro elegante, impreso en dos tipos de papel diferente, completado con exlibris, cubierta ilustrada y encuadernación de pergamino. Por desgracia, tan exquisita edición no tuvo ningún éxito en su momento, aunque hoy, como cabía esperar, es un auténtico objeto de arte.

Imagen de perfil de guillermo

0

guillermo


Deja un comentario